Tito es un amigo que hace tiempo insistía con enseñarme a correr morey. Ese.. deporte de neohippies en el que tienes una tabla pequeña, que hechado sobre ella remas y corres en el mar. Yo, sabía que no era facil, pero que tampoco moriría en el intento. Entusiasmado baje al mar junto a el (tito) y un amigo (toño), los dos ya experimentados corcheros. No paraba de preguntar absolutamente todo, cualquier tip era importante para mi, un chico nuevo en esto, que NO SABÍA NADAR.
Luego de ver el mar desde arriba, ya sabía que estaba en problemas, oculte mi nervisismo bajando más rapidos las escaleras y saltando de piedra en piedra. Una vez instalados entre tanto surfer y chica bonita. Era el momento, deje que mi maestro (tito) avanzará primero, y ni bien estaba en el mar me impulse atras de el. Al caer sobre el mar pensé que todo estaría bien, pero de pronto un mala ola destruyo esa sensasión de victoria, desequilibrado me valanceaba de una lado para otro. Y ellos adentro, trataban de guiarme.
Seguía intentado ponerme en una posición herguida y recomendable para remar, pero nada. Siempre llegaba una ola más grande que la otra, que alborotaba mi concentración. Luego de varios intentos, empezé a cansarme, y sin darme cuenta estaba muy lejos de la orilla. Pero aún faltaba, no estaba en el "Point".
Tito, amistosamente al ver que ya no podía, insistia que tenía que llegar a ese lugar, para estar más tranquilo, tanto fue su desesperación que sugerió que me agarre de su pierna para que me arrastre hasta ese lugar.
Me arrastro unos metros, y todavia no estabamos, empezaba a cansarme aun más. Sentía las olas más grandes y mi cuerpo más pesado, de pronto ya no pisaba, tenía que nadar ¿y como lo hacía con una tabla a mi costado, y con el cuerpo cansado? jajaja. Empezo el caos, Tito gritaba, de que era mejor que llegará al point, porque estabamos muy cerca a las rocas.
¿Entre la espada y la parede?
Era evidente que estaba en problemas. Miraba a mi costado y solo veía rocas puntiagudas con algunas algas encima. Al otro lado agua y más agua turbulenta. Yo era chico ante todo eso, empezaba agitarme y cada ola era una sentencia de muerte. Empezaban hacer más grandes y fuertes, que me arrastraban y revolcaban. Mi fuerza acababa, mi respiración se agitaba, la sensasión era un poco preocupante. Veía a tito preocupado, porque yo empezaba desesperarme. Era momento de pedir ayuda, !Toño! !Toño! se escuchaba, tito gritaba. Entre tanta agua, vi como Toño se aproximaba, agarro mi tabla, y me dijo sostienete, los tres enredados entre pitas y tablas. Tratabamos de salvarnos, por un momento vi a Toño sin poder respirar y jalandome hacía la orilla, sabía que estabamos en problemas. Tito cubría las olas que venián a goplearme, mientras que Toño me llevaba con mucho esfuerzo hacía la orilla. De pronto, Toño le dice a Tito: YA!, y me suelta en dirección a la orilla, y con mucha velocidad salgo disparado hacia la vida, la tierra. El lugar donde pertenezco. Con la cabeza zumbada y casi debilitado, me hecho en las rocas humedas. Agitado y diciendo gracias pausadamente, al que me acaba de salvar. Felizmente estoy vivo, apesar de tener 1000 espinas en mi pie izquierdo y 500 en el derecho, puedo decir que aprendi a respetar todo deporte acuático y sobretodo respetar al Mar.
Muchas Gracias a Tito y Toño por la ayuda.
Y mañana a caballeros a seguir aprendiendo!!.
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